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Está todo tan confuso, cual paisaje borrado por la neblina. Pero partamos de un eje, escarmentemos, porque así no vamos a ningún lado; no vemos más que las palmas de nuestras propias manos.
No lo tomes a mal pero en esta ciudad donde el diario del domingo se empieza a imprimir el sábado, al menos yo, no puedo perder el tiempo. Entonces encerrémosnos en esta habitación, así podremos saber que es lo que queremos hacer.

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